LUCIANO BUGMANN |
Estimados Socios y Socias de UNIMA Chile,
¡Una vez más
estamos de fiesta!, sí una vez más, en
este 21 de marzo, celebramos nuestro arte.
En un primer
momento y con una mirada rápida, pudiera parecer raro que esta fiesta celebre al
Títere. No al Titiritero, el que es motor de la creación, ni al Arte que
depende del público y de la convención que se establece en estos tres
elementos: el Objeto, su Animador y el espectador. Sin embargo exaltamos y
celebramos el Títere. Y quizás no pudiera ser diferente. Tan fuerte, tan
expresiva es su existencia que lo hemos mantenido – como Humanidad - vivo o mejor dicho viviente, en nuestras
memorias, a lo largo de la historia.
Cuando hablamos
de títeres, en una conversa trivial o discusión más apurada, siempre se nos
viene en la cabeza el objeto receptor de energía, el ser simulador de vida en
acción. A pocos les salta a la imaginación un muñeco sin vida, expuesto o
botado.
Por eso celebramos
el Títere. Porque con ello celebramos a la vida. Aclamamos el o los
universos que crea y desarrolla este objeto. Lo hacemos porque el nos
transforma y con el provocamos transformaciones. A través de él aprendimos a
sobrevivir, a hablar y relacionarnos. Al avanzar el mundo fueron surgiendo
otras instancias y opciones, pero el títere fue la primera.
Ya sea un
humanoide brillantemente articulado, de construcción compleja y de materiales
nobles o un palito con dos tapas de botella y un pedazo relegado de tela; ambos
pueden llegar a llevarnos de la risa al llanto, del apego al rechazo; nos abren puertas y nos acomodan internamente
sentimientos y sensaciones. Ya decía el Maestro André Cherubini: el títere es
familiar a todos, incluso a una persona que nunca lo ha visto.
Indiscriminadamente, todos lo tenemos presente – vivo – en nuestro imaginario.
¡¡CELEBREMOSLO!!
LUCIANO BUGMANN
PRESIDENTE UNIMA CHILE
LUCIANO BUGMANN
PRESIDENTE UNIMA CHILE