Los Muppets nuevamente se toman la
pantalla grande
Por Freddy
Espíndola
A más de 12 años de su última película, los muñecos regresan en gloria y
majestad a ocupar un sitial que se creía abandonado, pero que a la luz de los
resultados de taquilla y crítica, están más vigentes que nunca.
La cinta, según coinciden los expertos, logra conjugar el humor con la
nostalgia de una manera casi perfecta. Dirigida por James Bobin, se ha llevado
aplausos de los especialistas en cine, quienes la han definido con calificativos
como inteligente, divertida y apasionada.
En
esta ocasión, el filme trata la historia de un “fan” llamado Walter (también
interpretado por un muñeco), que acompañado de los humanos Gary (Jason Segel) y
Mary (Amy Adams), ayudará a la
Rana Kermit (antes conocida en Latinoamérica como René y en
España como la Rana
Gustavo) a detener a un empresario que pretende destruir el
abandonado teatro donde se realizaba el show televisivo de los Muppets.
Para montar una Teletón y recaudar 10 millones de dólares necesarios para
salvar dicho teatro, es necesario reunir nuevamente a la pandilla, cuyas vidas
ahora han tomado rumbos diferentes, es ahí donde comienza lo entretenido de la
película: Fozzie (el oso) trabaja en un casino de Reno con una banda tributo a
lo que alguna vez fueron llamada los Moopets; Miss Piggy (la sexy chanchita) es editora de modas de la Revista Vogue París
(haciendo alusión al papel que Meryl Streep interpretara en “El Diablo Viste a
la Moda”); Animal (el desquiciado baterista) se encuentra en una clínica de
Santa Bárbara aprendiendo a controlar su
ira y Gonzo (un espécimen no identificado de raza desconocida, de color celeste
y con la nariz alargada) es
un magnate de la industria de la plomería, quien trabaja acompañado por su
incansable amiga, la
gallina Camila.
Durante la película hay guiños a películas como “Grease Brillantina”,
“Dirty Dancing” y “Matrix”. También participan algunas estrellas como Whoopy
Goldberg y Selena Gómez, manteniendo uno de los sellos característicos del show
que protagonizaron en televisión entre los años
1976 y 1981 y que en Chile se transmitía de noche en horario estelar por
el Canal 9 (actual Chilevisión). Uno de los momentos más lúdicos del filme se
produce cuando los protagonistas (el muñeco Walter y el humano Gary) cantan un
tema relacionado con lo que realmente son, un hombre o un muppet, mirándose a
un espejo y reflejando en él a su opuesto correspondiente, en el caso de Walter
a su real humano y en el de Gary su figura caricaturizada como un muñeco. El
tema “Man or Muppet” compuesto por Bret McKenzie, obtuvo el Premio Oscar como mejor canción
original de este año.
El
tema se puede ver en el siguiente enlace: www.youtube.com/watch?v=-WWWTW1P8rQ
Creados en 1954 por Jim Henson, bajo una premisa que luego se
convertiría en un estilo: “Un títere, una cámara y un monitor”, los Muppets se
han paseado por distintas generaciones con su humor tan adorable como
anárquico, su inocencia y exuberancia, sus chistes y su forma tan particular de
romper con la cuarta pared.
Luego de la muerte de Henson en 1990, los derechos de estos personajes
pasaron por diversas manos hasta llegar a Disney, donde quedaron relegados a
filmes comerciales y especiales de TV. El desafío actual de la compañía es
rescatar la esencia de los muñecos y presentarlos a toda una generación que se
los perdió, dando principal importancia a la imaginación de la materia prima
basada en la riqueza de sus personajes, algo muy parecido a una “restauración
cultural”.
El tema del realismo y la conciencia de sí mismos son algo trascendental
dentro del universo Muppet. Ellos se saben animales o humanos, pero nunca
títeres. Quienes están detrás de los muñecos se rigen por uno de los
principales mandamientos de la escuela Henson: nunca, pero nunca, un Muppet va a
aludir a su “titirez”, es por eso que descartaron de plano utilizar las nuevas
técnicas del cine y que se ven en películas como “Shrek”, acá los pueden tocar
y hablarles, sabiendo que la rana, por ejemplo, les va a contestar.
La película se abordó bajo la pregunta ¿Qué hubiera hecho el maestro en
tal o cual situación?, logrando como resultado una total conexión entre los
actores y los muñecos. “Mi papá amaba a estos personajes, pero también sabía
que tenía que renovarse para no repetirse a sí mismo”, explica Brian Henson en
una entrevista, que al igual que su hermana Lisa, no se cansa de decir que su
viejo no sacralizaba a sus creaciones, “era irrespetuoso con los Muppets, de
una manera muy saludable”, comenta. Frank Oz, socio y co-creador de la serie,
señala que era dogmático con ellos, lo que le permitió ir superándose y
mantenerlos con vida. “Hay que hacer que se sientan contemporáneos, preservando
lo que hizo tan queridos a estos personajes en un primer momento”.
Uno de los errores que se cometieron con los Muppets desde que
pertenecen a Disney, es haber olvidado que estos no fueron concebidos para
público infantil, situación que es superada al llegar a un equilibrio en esta
película, donde las imágenes del antiguo teatro en decadencia y las de un show
olvidado por el público, a pesar de los chanchos cantando en el espacio y las
gallinas bailando can-can, terminan re encantando transversalmente a distintas
generaciones y donde las diversas técnicas titiritescas se funden y confunden
en la proyección, siendo una placentera experiencia para el amante del teatro
de muñecos descubrir cada una de ellas en la pantalla grande. Esa es la
genialidad de los Muppets, nadie tiene que ser condescendiente con ellos y todos
pueden disfrutarlos.